sábado, 8 de agosto de 2009

Enviado por sitios amigos: PREGUNTAS PARA DESVELARSE

El próximo 10 de agosto se prepara una “Velada Libertaria”. Este evento consta no sólo de la celebración del Bicentenario del primer grito de independencia del Ecuador, sino también del asumir el cargo por el presidente electo Rafael Correa.
Y claro, se incluye arte para culminar este acto que recuerda 200 años transcurridos de proclamada la independencia del imperio español y se podría decir que 200 años de pelearla. Si pelearla, buscarla o arrancharla porque ese derecho se ha vuelto huidizo dentro de las leyes democráticas impuestas por las familias de abolengo y los grandes grupos económicos fundadores de la República del Ecuador.

¿Con qué tipo de arte se puede celebrar esto? O más claro ¿qué libertad vamos a celebrar?
Nuestro país ha sido un sistema donde ha reinado el compadrazgo, la informalidad y el oportunismo, sobre todo a nivel del manejo del poder. Por esto Pueblo Nuevo está como uno de los números principales de la velada.
Entonces, ese acto resulta una paradoja puesto que al mismo tiempo que trata sensatamente de mantener en alto la heroica y victoriosa gesta de los patriotas del 10 de agosto de 1809 , está encadenada, como desde hace siglos, a la viveza criolla.

¿Qué hemos logrado en estos 200 años?
Parece que poco, al menos es el criterio de quien suscribe.
Pero lo más importante para los trabajadores del arte es preguntarse qué es lo que pueden decir en un momento de gran carga simbólica para todo el Ecuador e incluso para toda Latinoamérica. Es un momento tan importante como comprometedor para todos y todas quienes depositamos nuestras decisiones acerca de la dirección del país en una urna.

¿Cómo vamos a hablar de esto? ¿Con Hip Hop? ¿Con una orquesta sinfónica? ¿Con danza folclórica? ¿Con los rockeros de “Al sur del cielo”? ¿Con teatro experimental? ¿Con teatro clásico europeo?
Si algún artista se preocupó de esto, es porque quizás está un paso adelante, tal como es la característica vanguardista del pensamiento artístico. Pero también puede ser que nadie se tomó el tiempo de reflexionar sobre esto, pues desgraciadamente se tiene la mala de experiencia que todas aquellas celebraciones oficiales son acaparadas por la visión conservadora y patriotera. Es decir, que allí siempre se “colan” los avivatos que están en todos los gobiernos ofreciendo sus shows como plataforma de publicidad para nuevos contratos, más allá de cualquier ideología política, pues esta pierde validez frente a los jugosos pagos del oficialismo.
Más claro: Pueblo Nuevo con su viejo oportunismo, quieren llevarse el número central en la “Velada Libertaria”... Una lástima.
Creo que este gobierno se encuentra en una gran lucha, un gran conflicto al proponer un cambio radical de estructuras a todo nivel. Lo cual no sucede de la noche a la mañana y por eso subsistente viejos modos de pensar y actuar, que se expresan en la mediocre frase de “todos los gobiernos son lo mismo” o “con este gobierno también podemos hacer negocios”, etc., que indican la pobreza en que ha caído nuestra sociedad y el pesimismo, la falta de fe para construir un mundo mejor.
Quiero decir, que las tesis de Movimiento País se contraponen a algunos de sus miembros que se vincularon para “hacer política” o para “subsistir” o para “tener éxito”. Y esto es evidente cuando aquella “Velada Libertaria”, por ser una celebración importante debió ser símbolo de libertad e independencia, está manchada por el tráfico de influencias y la famosa viveza criolla, pues a la Orquesta Sinfónica Nacional, que ya estuvo preparando el evento con anticipación sobre la base de unos arreglos de composiciones de autores nacionales, llegó una carta supuestamente enviada por el presidente Correa ordenando que se incluya a Pueblo Nuevo en el acto. Como ustedes saben Galo Mora (asesor de Correa) es integrante de ese grupito que, gracias a la inocencia musical del presidente y a su necesidad de confiar en un equipo, está metido en casi todo acto político del gobierno.
Y ahora quieren pasar a la historia metiéndose a la brava en tan magno evento. Si van a pasar a la historia como lo que son: oportunistas que, por mezquindad, tratan de ensombrecer a verdaderos y verdaderas artistas.

¿Con qué música vamos a celebrar el bicentenario? ¿Acaso gritar las canciones de Julio Jaramillo o repetir mil veces “hasta siempre comandante” es revolucionario? ¿Acaso tocar un son o cualquier ritmo latinoamericano es ser luchador latinoamericano de por sí?
Al presidente guayaquileño le han pisado fácilmente el poncho y lo tienen hipnotizado con el estribillo “aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia”, bla, bla, bla.

¿Quién debe ir en la “Velada Libertaria”: los amigos del presidente, los que son de su gusto o los que representan los ideales independistas de un pueblo? ¿Quiénes se pueden atribuir esto?
En 200 años, si han existido muchas expresiones artísticas de la búsqueda de libertad. Y la de los hermanos Mora, es la menos comprometida, la menos arriesgada, la más comercial, la artísticamente más pobre. No vale citar nombres, pero si han existido músicos, pintores, comunicadores, teatristas, bailarines, etc., durante el siglo XX, en la pasada década que se las han jugado y aún en la actualidad hay gente que sigue jugándose el pellejo, cuando de reclamar derechos se trata.

¿ACASO NO HAY MÚSICOS EN TODO EL PAÍS QUE REPRESENTEN DIGNAMENTE IDEALES LIBERTARIOS? ¿Tan grave es la situación que deben recurrir a los hermanitos Mora?
Claro ellos parecen ser los únicos, como aquella vez, hace 11 años en el gobierno de Mahuad, que gestionaron una buena cantidad de millones de sucres del Ministerio de Finanzas a nombre de la CCE, para sus proyectos personales…


En este panorama se comprueba una vez más, que todavía existen ciertos personajes que pululan en todos los gobiernos y se acomodan expeditamente cambiando un poco las letras de sus textos. Nunca tienen conflicto, con ninguno, pues parece que están más allá del bien y del mal, es decir, son de centro izquierda o centro derecha o mejor dicho cantan para gusto de lo que ellos consideran muchedumbre. Esto nos da la medida de su ideología de arena y gelatinosa coherencia política.

Rodrigo Ponce
Enviado por Veeduría del Arte Ecuatoriano

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