viernes, 9 de abril de 2010

Música y educación superior

(Enviado a la Comisión respectiva de la Asamblea Nacional y a los músicos interesados desde la Asociación Ecuatoriana de Canto Coral AECC)

La música en el proyecto de Ley de Educación Superior

Por: César Santos Tejada

Si bien la mención de los conservatorios superiores en el texto de la Constitución fue aparentemente una conquista importante para la música del país, el tratamiento que se le da en el proyecto de Ley de Educación Superior que se debatirá próximamente en la Asamblea Nacional deja dudas y preocupaciones.

Luego de una lectura minuciosa del texto que se pretende aprobar, encontramos que la consideración dada a la profesión artística en general y a la musical específicamente, es decididamente discriminatoria, pues en primer lugar se la categoriza separada de las universidades y escuelas politécnicas y se la coloca junto a los estudios intermedios como son los impartidos por los institutos superiores técnicos, tecnológicos y pedagógicos (Art. 14.- Integrantes del Sistema)

Esto desconoce el largo proceso formativo que debe cumplir un músico, mucho más extenso y especializado que cualquier otra profesión, pues, a más de la formación regular, el músico tiene que aprobar dentro de lo musical, un nivel inicial, uno intermedio (bachillerato) y el post bachillerato o superior, que al momento llega únicamente hasta la tecnología, es decir, debe cursar un mínimo de 8 años de formación especializada para llegar a una titulación inferior a la que se confiere en cualquier universidad con solo 4 años de estudio. Paradógicamente, el proyecto de ley contempla como requisito para ingresar a los conservatorios superiores de música y artes y a la Universidad de las Artes, la presentación simultánea de DOS titulaciones de bachillerato, una especializada y otra general, lo cual no se exige para ninguna otra carrera (Art. 78.-), mientras que ratifica la calidad inferior de los conservatorios cuando  dispone que: “El reconocimiento, la homologación, la revalidación y la inscripción de títulos en música de los conservatorios superiores, serán realizados por la Universidad de las Artes, en coordinación con el Consejo de Educación Superior.” (Art. 123.-), lo que se complementa con este texto: “Solo las universidades y escuelas politécnicas están facultadas para conferir títulos profesionales y grados académicos.” (Art. 122.-)

Esta categorización impide también que los músicos puedan obtener títulos de cuarto nivel, pues en el proyecto se menciona: “Para acceder a la formación de cuarto nivel, se requiere tener título profesional o académico otorgado por una universidad o escuela politécnica, conforme lo establecido en esta ley” (Art. 114.-) que como ya lo anotamos anteriormente, excluye a la segunda categoría de integrantes del sistema; así mismo, en el Art. 117.- se aclara que “…..únicamente las universidades de investigación podrán ofertar títulos de doctorado o PhD”.

Tal disposición pone un límite a la formación artística, la misma que solamente podrá llegar hasta la titulación de tercer nivel. Esto a su vez trae como consecuencia la imposibilidad de los músicos para acceder a los cargos directivos de sus mismos centros educativos superiores, así como tampoco podrán ser parte de los organismos que rigen y asesoran la educación superior, pues para todos ellos es requisito el título de cuarto nivel que no lo pueden ofrecer los conservatorios superiores ni la Universidad de las Artes.

Adicionalmente, el proyecto de ley de Educación Superior provoca confusión en cuanto a las instituciones denominadas conservatorios superiores de música, pues en unos momentos parece referirse a los centros educativos ya existentes -como el Conservatorio Nacional de Música de Quito- (Disposiciones transitorias Décima cuarta y Décima Quinta) mientras que en otro lugar habla de la creación del conservatorio superior. (Disposiciones transitorias, Décima; Vigésima Segunda, etc.)

Da la impresión de que el proyecto de ley por lo menos adolece de una falta de rigurosidad en cuanto al uso de las categorías de los integrantes del sistema, pues en unos lugares se diferencia claramente a universidades y escuelas politécnicas como un solo grupo, separado del otro formado por institutos superiores, técnicos, tecnológicos, pedagógicos y conservatorios superiores de música y artes, como se observa en el Título VI, Capítulos II y III, mientras que en otros apartados se infiere que las disposiciones allí contempladas se aplican a todo el sistema (Ej. Art. 69.- …Los profesores e investigadores de las universidades y escuelas politécnicas públicas son servidores públicos sujetos a un régimen propio que estará contemplado en la Ley del sistema de carrera y escalafón del profesor e investigador…, debiéndose notar que está tratándose el capítulo relativo a Disposiciones Comunes para todo el sistema). También se podría aplicar al respecto el contenido del Art. 29, mismo que debería cubrir a todas las instituciones públicas del sistema y no solamente a las universidades y escuelas politécnicas como allí se especifica.

De igual manera, el tratamiento irregular que se da en el proyecto a la Universidad de las Artes no ofrece claridad respecto a cual es su categorización pues, a pesar de llamarse universidad, en la mayoría de los casos está ubicada conjuntamente con los conservatorios superiores, institutos tecnológicos, etc., lo cual haría pensar que pertenece a esta categoría.

Nuestra aspiración: Estudios universitarios públicos en música

Justificación

La enseñanza formal de la música en Quito tiene una historia que se remonta a los primeros años de la dominación española, cuando los monjes franciscanos Fr. Jodoco Ricke y Pedro Gosseal formaron en el año 1535 el que se llamaría Colegio de San Andrés, donde se instruía a los hijos de españoles y a los descendientes de caciques indígenas en el arado de la tierra, el canto llano y de órgano y el tañido de instrumentos. Posteriormente, en el año 1870 García Moreno funda el Conservatorio Nacional de Música, mismo que fue cerrado luego de siete años debido a problemas presupuestarios para ser reabierto definitivamente por Eloy Alfaro en el año 1900, como dependencia del Ministerio de Educación. Posteriormente, en 1944 fue anexado a la Universidad Central donde permaneció hasta 1970 cuando volvió al Ministerio de Educación hasta el presente.

Esta última ubicación orgánica del Conservatorio ha impedido el reconocimiento de los estudios musicales como profesión, pues a diferencia de las carreras universitarias que gozan de un estatus superior, los estudios musicales se quedan únicamente en un nivel intermedio y en el mejor de los casos de tecnología, más no alcanzan la titulación de tercer nivel que ofrecen las universidades. Esta desventaja es apreciable no solamente en la posibilidad de acceder a empleos mejor remunerados, sino que incide también en una conciencia social generalizada que ubica al músico más como un hábil entretenedor que como un profesional igual a cualquier otro. Esta situación es definitivamente injusta pues, para ser licenciado en una universidad se requiere únicamente aprobar cuatro años de post bachillerato, mientras que para graduarse de músico se requieren cerca de 10 años de estudios adicionales a los de bachillerato, que se los cursa simultáneamente junto a los estudiantes que ingresan a las universidades. Es decir, la formación de un músico implica el estudio de dos carreras simultáneas (la música y el bachillerato) pero la titulación de un músico no alcanza siquiera el estatus de una licenciatura.

Consecuencias de esta situación son las precarias condiciones laborales que tienen los músicos, quienes no pueden ser ubicados en categorías que correspondan a su nivel de preparación y ahora ni siquiera pueden acceder a la cátedra universitaria. Otra consecuencia es la falta de oportunidades para continuar los estudios de especialización, pues tanto las universidades de otros países como las instituciones que ofrecen becas de estudio, exigen como mínimo la titulación de tercer nivel universitario.

Las alternativas

Para hacer frente a esta problemática han surgido varias alternativas que cubren un porcentaje reducido del conflicto:

1.     Por una parte están las universidades privadas, las que intuyeron la necesidad de la juventud ecuatoriana por profesionalizar el arte y últimamente ofertan planes de estudios universitarios en música y afines. Al momento presente existen carreras relacionadas con la música en la Universidad San Francisco, Universidad de los Hemisferios, Universidad Sek y con certeza próximamente se tendrán programas en pedagogía musical en la Puce. Como es lógico suponer, estas instituciones se financian con el pago de aranceles por parte de los estudiantes, cuyas cantidades están fuera del alcance de los sectores sociales económicamente pobres. Así pues, esta es una alternativa dedicada exclusivamente para las clases medias y altas que asisten previamente a los conservatorios privados, pero no para la población mayoritaria que es la que acude a estudiar en el Conservatorio Nacional, lo cual estaría llevándonos a una elitización de la música, pues únicamente quienes pueden pagar el conservatorio y la universidad privada accederán a una titulación musical de nivel superior.

2.     Desde hace varios años se han implementado programas universitarios dentro de la carrera de pedagogía de algunas instituciones educativas, creándose una mención en música como una pseudo especialidad. Estos proyectos ya han logrado titular cientos de licenciados y algunos masters, muchos de los cuales tuvieron que desviar su orientación profesional de instrumentistas, cantantes, compositores, directores, etc., es decir músicos activos, para abrazar la formación como pedagogos,  aunque no tengan la intención de utilizar alguna vez esta información, desperdiciándose importantes cantidades de tiempo, energía y dinero. Además, al tener estos programas la característica de ser  semi presenciales y prácticamente a distancia, no han podido garantizar el nivel académico que se requiere.  De hecho, resulta imposible plantearse siquiera un alto grado académico con una carga horaria máxima de  8 horas al mes, impartidas en dos domingos. Sin embargo, por las facilidades que brindan estos programas en cuanto a tiempo invertido, esfuerzo brindado y costo económico, han logrado captar el mayor porcentaje de estudiantes universitarios que se orientan por la música como profesión. En estos días, solamente en la ciudad de Quito y en una sola universidad existen matriculados y cursando los diferentes niveles más de 400 alumnos, una población estudiantil suficiente para justificar la instalación de una universidad pública enteramente dedicada a la música.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  

3.     Paralelamente, un porcentaje mínimo de estudiantes de música ha conseguido desplazarse hasta otro país para seguir la formación musical superior. Esto lo pueden hacer quienes tienen la solvencia económica suficiente para financiarse la instalación en una ciudad de América, EU y Europa, sustentados por sus propias familias y con un alto riesgo de ser asimilados por esos países o esas culturas de manera permanente, como ha sucedido en no pocas ocasiones.

Como vemos, las opciones que se han presentado hasta el momento están enfocadas desde la universidad privada, significando en todos los casos, un presupuesto importante para el pago de colegiatura, lo cual automáticamente excluye de esta posibilidad a los sectores populares que son quienes se matriculan en el Conservatorio Nacional. Las alternativas más baratas (pero que siguen teniendo algún costo) obligan al estudiante a desviarse de su vocación inicial para emprender estudios de pedagogía con mención en música, una especialidad que muchos nunca aplicarán, consecuentemente, desperdiciando una importante cantidad de recursos y tiempo.

La posibilidad de que el Conservatorio asuma la formación musical superior hasta el cuarto nivel está prácticamente eliminada, pues la Constitución de la República y el proyecto de nueva ley de Educación Superior establecen una diferencia entre lo que son las universidades y escuelas politécnicas, con lo que son los institutos superiores y los conservatorios, entendiéndose que son entidades que funcionan de manera distinta una de otra, por lo tanto no es lógico suponer que los conservatorios extiendan los mismos títulos que las universidades. Adicionalmente tenemos en este momento una intervención del Ministerio de Educación dentro del Conservatorio de Quito, cuyo principal cometido ha sido el detener la gestión que se estaba desarrollando en meses anteriores en procura de lograr una inserción real de la institución dentro del sistema de educación superior propuesto por la Carta Magna.

Así las cosas, la alternativa más viable a corto plazo es la creación de la carrera de música en alguna universidad estatal de las que ya existen, lo que podría significar atraer a toda esa población estudiantil que en número creciente es atrapada por los programas facilistas y de mediocre calidad académica que hemos mencionado, así como brindar la oportunidad a cientos de jóvenes que estudian en los niveles avanzados del Conservatorio Nacional y otros conservatorios públicos del país, para que se decidan a continuar estudiando la música como profesión y no sigan aumentando la estadística asombrosa de deserción estudiantil que por décadas aqueja al Conservatorio.

La propuesta

Lo que nosotros proponemos es la creación de una comisión que gestione ante las autoridades de la Universidad Central del Ecuador y del gobierno nacional si fuera del caso, la creación de la Escuela de Música dentro de la Facultad de Artes ya existente en esta institución, atendiendo a la centenaria tradición que tiene este centro educativo superior.

Estas son las consideraciones que hacen de la Universidad Central del Ecuador, la institución más opcionada para implementar este proyecto:

1.     Es la institución universitaria más antigua del Ecuador, con reconocimiento oficial y prestigio social, auque últimamente ha perdido protagonismo académico debido al aparecimiento de universidades privadas que gestionan la educación superior sin las limitaciones que impone la lucha política interna, obteniendo con ello una mayor eficiencia.

2.     Es una universidad pública, por tanto gratuita hasta el tercer nivel, lo cual permite el acceso de toda la población ecuatoriana, sobre todo los sectores mayoritarios de escasos recursos económicos pero mucho potencial artístico.

3.     Históricamente existe el antecedente de que el Conservatorio ya formó parte de esta universidad, por lo tanto, ésta únicamente significaría una reinserción.

4.     Es la única universidad pública de la capital que considera a las artes como una profesión y que por tanto merece tener una facultad donde se formen y acrediten quienes se dedican a la actividad artística.

5.     Tiene posibilidades de crear programas de posgrado y especialidad que permita la titulación de cuarto nivel.

La modalidad de estudios deberá ser presencial, pudiendo estructurarse también un horario especial para quienes ya estén trabajando. De cualquier manera, la carga horaria de cada estudiante no podrá ser menor que la estipulada por el organismo regulador de la educación superior para el tercer nivel.

El perfil de llegada de los estudiantes será el bachillerato en música como mínimo, sin embargo para facilitar el acceso de quienes tienen capacidades musicales pero no accedieron a la formación regular, deberá considerarse, a más de las pruebas de suficiencia, un curso básico o propedéutico de dos semestres para nivelación.

Personal docente

Afortunadamente, en este momento se cuenta en el país con una gran cantidad de profesionales ecuatorianos que cuentan con titulación universitaria de tercero y cuarto nivel hasta maestría, que tienen la capacidad de aportar al campo educativo superior. Inclusive tenemos un gran número de ellos que han realizado estudios en el exterior lo cual garantiza el equiparamiento del nivel académico en lo internacional.

Así mismo, se cuenta con la presencia de profesionales extranjeros que pueden aportar su conocimiento en las áreas de su especialidad. La implementación de carreras de música en las universidades privadas también está propiciando la llegada de profesores extranjeros que pueden ser aprovechados para diversificar el claustro docente.

Para la planificación y organización técnica de todo lo relacionado a la carrera recomendamos la dirección del Dr. Luis María Gavilanes, quien a más de ser un experto en temas de currículo y programación educativa, es además un excelente músico, muy bien dotado para la composición, interpretación e investigación musical y una persona de intachable honestidad y probada moral. Como una referencia baste mencionar que es el autor del primer proyecto para la creación de una universidad de música en el país, ambicioso planteamiento que no fue entendido en su momento por el organismo que todavía rige la educación superior.

Los alumnos

Los destinatarios de este programa serían los cientos de músicos y estudiantes que al momento se encuentran vinculados a las carreras de pedagogía semi presencial en los programas descritos anteriormente.

Otro grupo importante del target de esta carrera será el formado por los estudiantes del Conservatorio Nacional de Música que han cumplido los estudios de bachillerato y nivel técnico y están por iniciar la tecnología o ingresar a una universidad a estudiar otra carrera, como lamentablemente sucede en la mayoría de casos.

También estarían beneficiados los egresados de los colegios de música e institutos superiores de las provincias cercanas, como el Luis Ulpiano de la Torre de Cotacachi, el Instituto Superior de Pujilí, el Instituto Anda Aguirre de Riobamba, etc.

Un último sector sería el de instrumentistas y directores de las agrupaciones de las municipalidades y FFAA, quienes se verán así favorecidos por  la titulación, una mayor tecnificación y la consiguiente elevación de sus condiciones laborales y sociales.

Proyección

Vistas las crecientes tendencias hacia la obtención de títulos de cuarto y quinto niveles, la Facultad de música tendrá que implementar en el corto plazo, varios programas de postgrado, dedicados al gran número de licenciados en pedagogía musical que ya se han graduado en los últimos años y a los egresados de las carreras de música ya existentes en las universidades privadas.

Así mismo, tendrá la oportunidad de iniciar el trabajo institucionalizado de la investigación musical ecuatoriana, aspiración permanente de este sector artístico que sigue postergada desde hace mucho tiempo.

Quito, noviembre 2009.

miércoles, 7 de octubre de 2009

A propósito de la Ley de Cultura

¿Otra desilusión?

Fernando Tinajero

Como era previsible en una sociedad acostumbrada a concebir la cultura como un lujo prescindible, la ley que menos interés ha despertado, entre aquellas que deben ser aprobadas en forma prioritaria por la Asamblea Nacional, es la Ley de Cultura.

Que yo sepa, hasta hoy se han presentado tres proyectos: el de la Coordinadora de agrupaciones culturales liderada por Adrián de la Torre; el que fue enviado por el Presidente Correa, y el de la Casa de la Cultura. A la luz de la experiencia, es presumible que la Comisión respectiva estudiará el proyecto oficial, dejando los otros en una penumbra semejante al purgatorio. Sería deseable, sin embargo, que los tres proyectos fueran examinados con la misma atención, no solo porque les asiste el mismo derecho, sino también porque es probable que en los dos que no gozan de especial preferencia se encuentren elementos capaces de corregir las deficiencias del proyecto oficial.

Dicho proyecto, en efecto, no ha llegado a ser lo que esperábamos. No solo que en él no hay huella visible de las propuestas aprobadas por las asambleas de actores y gestores culturales y por los congresos de artistas que se realizaron en todo el país, sino que en él se han deslizado imperfecciones que podían haberse evitado. Aparte del previsible centralismo, las que más me han llamado la atención son la ambigüedad ideológica del texto y la inocultable preferencia por un sector de la producción cultural, en detrimento de la que fue hasta hace poco la más importante institución cultural del país.

Lo primero se trasluce en un contraste apenas perceptible: las declaraciones de la exposición de motivos y la proclamación de los principios y derechos lucen avanzadas y progresistas; muchas de las disposiciones de orden práctico, en cambio, parecen corresponder al más puro espíritu neoliberal. Ello se trasluce en la insistencia que se pone en la memoria, que es el momento conservador de la cultura, en claro contraste con la importancia otorgada a la creación, que es su momento transformador; pero también en la concepción de la cultura como producción de bienes cuyo sentido económico-empresarial no se puede ocultar en todo aquello que se refiere al régimen laboral de los creadores (¿?), a las normas relativas a las industrias culturales, al régimen tributario y a los estímulos que otorgará el Ministerio de Cultura. El desarrollo adecuado de estas observaciones requerirá, como es obvio, más detenimiento.

Lo segundo se hace evidente en la preferencia inocultable que el proyecto ha otorgado a la producción cinematográfica. Para ella se propone la creación de un instituto específico dotado de plena autonomía, el otorgamiento de exenciones tributarias, facilidades para los procesos que no pueden hacerse en el país, privilegios para la distribución, etc. En contraste, la Casa de la Cultura, como dependencia ministerial, ha sido reducida a la condición de espacio público, como las calles y las plazas, sin autonomía, sin ingerencia en la producción literaria y artística, prácticamente limitada a servir como local para la actividad de otros: sus antiguas competencias, e incluso su estructura, se han trasladado a un instituto de las artes y las letras.

¿Será que tendremos tres burocracias en lugar de una?

miércoles, 26 de agosto de 2009

"Evaluación" al Teatro Sucre

NR. Hemos tomado este artículo del blog Rec Ecuador, por considerar que aporta significativamente a la discusión que estamos propiciando.
Hallar original en: www.rec-ec.blogspot.com


Hace unas semanas nos llegó un correo electrónico emitido por la Fundación Teatro Nacional Sucre, pidiendo una evaluación de la labor de esta entidad privada en los últimos años. A petición de parte y por constituir un asunto de interés general para toda la ciudadanía capitalina que financia esta clase de instituciones mediante el pago de los impuestos municipales, esbozaré algunas consideraciones acerca de la actividad desplegada por el Teatro Nacional Sucre durante el último quinquenio.

1. Primero debo aclarar que esta no pretende ser una evaluación, en el sentido técnico que tiene la palabra, por cuanto para ello necesitamos los objetivos medibles planteados antes de iniciar el proceso y todos los indicadores cuantificados, pues técnicamente lo que se evalúa es precisamente el grado de cumplimiento de estos objetivos. Esto es lo que enseñan los libros especializados, aunque parece que nadie le ha contado al ministro Raúl Vallejo.

2. Por esta misma razón no entraré aquí a comentar las tan promocionadas cifras de eventos supuestamente programados por la FTNS (Fundación Teatro Nacional Sucre), pues para que tenga sentido la referencia, esos datos deberían relacionarse con el presupuesto invertido en cada uno de ellos y, sobre todo, con el impacto que una programación determinada ha generado en el público receptor de esa propuesta y en la comunidad en su conjunto. En ese sentido, y tratándose de actividades que se manejan con similares características, tal vez convendría comparar los datos de asistencia, presupuesto, impacto social y resultado económico, entre la FTNS y cualquier empresa privada dedicada a estos eventos, como Top Shows o Team Producciones, por ejemplo, quienes seguramente logran su propósito comercial (nos referimos a las empresas) cumpliendo además una labor de gran incidencia social, no solamente al satisfacer una necesidad del masivo público que acude a los espectáculos, sino también al generar espacios para los artistas nacionales, todo ello sin absorber las ingentes cantidades de dinero del presupuesto público que se ha gastado la FTNS.

3. Me parece más pertinente estudiar la real incidencia de la gestión de la FTNS en la transformación de la sociedad capitalina. En este aspecto, posiblemente el más notorio crecimiento artístico se ha dado en el terreno del canto lírico, principalmente en lo relacionado con programación de eventos orientados a esta especialidad, es decir, a su difusión. Pero aquí surgen algunas interrogantes: ¿cuánto@s ciudadan@s capitalin@s han sido incluid@s directa o indirectamente en estos proyectos?, ¿cuántos recursos se han destinado para este propósito?, y la más importante: ¿qué necesidades prioritarias de la sociedad quiteña ha resuelto esta realización? son preguntas que deberían responder los involucrados antes de canonizarse. Sin embargo, este crecimiento de un área no justifica ni logra ocultar el descuido y resquebrajamiento de otras, seguramente de mayor alcance dentro de la comunidad. Efectivamente, la FTNS es responsable de la privatización y desmembración del proyecto de desarrollo musical que tenía el Municipio de Quito en la década anterior, construido con el concurso de diversos sectores ciudadanos, que le valió el reconocimiento nacional e internacional y la envidia de los gobiernos seccionales de otras ciudades y, paradojas de la vida, le dio prestigio como gestor al Lcdo. en Composición Julio Bueno, precisamente quien se encargó posteriormente de llevarlo a la crisis desde la dirección ejecutiva de la FTNS. Para decirlo con pocas palabras, la administración municipal anterior cambió un proyecto integral de desarrollo, gestado desde la sociedad, que incluía investigación, creación, producción y difusión musical por uno que privilegió el espectáculo comercial (con pérdida económica para la municipalidad) como principal medio de conducción cultural de la ciudadanía, ratificando con esto la orientación política neoliberal que tuvo ese alcalde y sus seguidores.

4. Ampliando el panorama, probablemente lo más reconocible de la gestión de la FTNS sea el aspecto comunicacional, vale decir, propagandístico. A través de negociaciones con los medios de comunicación, logró no solamente promocionar a gran escala las actividades y personal directivo de la FTNS, sino además mantener subterráneas las crecientes denuncias de atropellos y hasta de estafa hacia el pueblo quiteño por parte del personal del Teatro Sucre (como demostró fehacientemente Javier Andrade en el caso del impostor Teatro Negro de Praga) todo con la anuencia y protección de las más altas autoridades municipales. Esto respondió a la necesidad del grupo político de turno de acrecentar su imagen pública para seguir ganando elecciones, aunque no lo hizo resolviendo las necesidades de los ciudadanos, sino tan solo haciéndoles creer que la ciudad había ingresado en la categoría de gran metrópoli gracias a una abundante oferta cultural patrocinada por el gobierno seccional que así “mejoraba el estilo de vida de sus habitantes”. El encanto se deshizo cuando la comunidad encontró que la mencionada oferta de espectáculos no estaba dirigida hacia la mayoría de la población que la financia, sino exclusivamente a quienes tenían suficiente poder económico como para comprar las entradas al otrora “teatro de la ciudad”, o"contratar" una presentación de la Orquesta de Instrumentos Andinos o del Coro Ciudad de Quito, porque ya no se atendían las solicitudes gratuitas procedentes de los barrios pobres o de los colegios fiscales. En el mejor de los casos, las mayorías debieron sentirse bien servidas al escuchar por altoparlantes y mirar en pantalla gigante en plena plaza, con todas las deformaciones visuales y acústicas inevitables y las inclemencias del tiempo, los espectáculos que disfrutaban cómodamente quienes pagaron los boletos o fueron invitados por la administración. Así se establecieron al menos dos categorías de público: el de primera, que recibe el espectáculo en condiciones satisfactorias a cambio de su dinero o sus influencias, y el de segunda, que recoge las sobras en la fría plaza o, tiempo después, a través de la tv. Pero el maltrato no fue solamente hacia el público, también lo fue con el personal de músicos quienes fueron trasladados con engaños, del régimen municipal al que pertenecían originalmente, al privado de la FTNS, donde se les tercerizó, se les redujo el salario, se cambiaron los horarios de labores, se les adeudaron meses de honorarios y se les puso a amenizar almuerzos y matrimonios de los socios del alcalde, entre otras muchas denuncias, todo ello bajo un sistema impresionante de amedrentamiento y persecución para quienes expresaban su desacuerdo.

5. A la larga, y lo mismo que sucedió con el plan económico neoliberal, la situación se desbordó y comenzaron a aparecer todos los problemas que estaban madurando en su interior. El asunto entró en fase terminal cuando el personal de la FTNS condujo al mismo Ministro de las evaluaciones al asalto del Conservatorio Nacional de Música y la instalación de una comisión reestructuradora integrada mayormente por gente vinculada al Teatro Sucre y liderada por su director ejecutivo en persona, quienes llegaban a extender su “exitosa” gestión cultural. Este fue el suceso que permitió de pronto visibilizar muchos cuestionamientos que estaban ocultos y conocer las historias de tantos artistas que habían sido perjudicados por esa administración que de esta forma apresuró su aparatosa caída.

Si bien no tenemos las herramientas suficientes para hacer una evaluación técnicamente calificada (que exigimos debe hacerse) en cambio contamos con elementos de juicio suficientes para saber del altísimo costo económico, social y cultural que ha significado para la ciudad esta aventura de la FTNS con su propuesta neoliberal y neocolonial, misma que finalmente llega a su fin, debiendo procederse ahora a una auditoría pormenorizada de todos los procesos involucrados, con la consiguiente asignación de responsabilidades y subsanación de los perjuicios a la comunidad.

El sentido común nos permite también concluir que cualquier funcionario que permanezca un tiempo cercano a los veinte años al frente de la administración cultural de la ciudad, gastando un presupuesto público que en los últimos períodos superó los dos millones y medio de dólares por año, y manejando un personal calificado que rebasó el centenar de empleados, como mínimo debió trasformar profundamente la condición cultural capitalina, y no solamente contarnos que han auspiciado 300, 500 ó 1000 eventos en un año y generar tanto malestar entre los artistas que lleven a expulsarlo del cargo, precisamente sus propios colegas de profesión, ex subalternos, ex alumnos y ex amigos, según descripción del mismo defenestrado director ejecutivo. Ya lo han hecho organizaciones que han funcionado con un mínimo o ningún apoyo estatal, como la Red Cultural del Sur, el Frente de Danza Independiente, Huasipungo en Conocoto, etc. para nombrar solo unos pocos, quienes han incidido definitivamente en el devenir de su comunidad, sector poblacional o artístico, merced a un trabajo de involucramiento con la gente del entorno y no a la imposición de aquello que unos cuantos sabios trasnochados consideran que debe ser la cultura. Entre tod@s no alcanzan ni un tercio de los recursos que ha gastado la FTNS en un año, pero lo que es más, ell@s no solo que conservan sus amigos y la admiración de sus maestros y discípulos, sino que además se han ganado el respeto de toda la ciudad y posiblemente del país.

La sabiduría popular y la sal quiteña se han encargado de juzgar el desempeño de este personaje cuando parodia: "si Cuenca tuvo entre sus hombres destacados a un Benigno Malo, Loja no se queda atrás y ofrece al Municipio de Quito y al Teatro Sucre su maligno Bueno"

Gerardo Chávez

Parias 19-22

sábado, 8 de agosto de 2009

Enviado por sitios amigos: PREGUNTAS PARA DESVELARSE

El próximo 10 de agosto se prepara una “Velada Libertaria”. Este evento consta no sólo de la celebración del Bicentenario del primer grito de independencia del Ecuador, sino también del asumir el cargo por el presidente electo Rafael Correa.
Y claro, se incluye arte para culminar este acto que recuerda 200 años transcurridos de proclamada la independencia del imperio español y se podría decir que 200 años de pelearla. Si pelearla, buscarla o arrancharla porque ese derecho se ha vuelto huidizo dentro de las leyes democráticas impuestas por las familias de abolengo y los grandes grupos económicos fundadores de la República del Ecuador.

¿Con qué tipo de arte se puede celebrar esto? O más claro ¿qué libertad vamos a celebrar?
Nuestro país ha sido un sistema donde ha reinado el compadrazgo, la informalidad y el oportunismo, sobre todo a nivel del manejo del poder. Por esto Pueblo Nuevo está como uno de los números principales de la velada.
Entonces, ese acto resulta una paradoja puesto que al mismo tiempo que trata sensatamente de mantener en alto la heroica y victoriosa gesta de los patriotas del 10 de agosto de 1809 , está encadenada, como desde hace siglos, a la viveza criolla.

¿Qué hemos logrado en estos 200 años?
Parece que poco, al menos es el criterio de quien suscribe.
Pero lo más importante para los trabajadores del arte es preguntarse qué es lo que pueden decir en un momento de gran carga simbólica para todo el Ecuador e incluso para toda Latinoamérica. Es un momento tan importante como comprometedor para todos y todas quienes depositamos nuestras decisiones acerca de la dirección del país en una urna.

¿Cómo vamos a hablar de esto? ¿Con Hip Hop? ¿Con una orquesta sinfónica? ¿Con danza folclórica? ¿Con los rockeros de “Al sur del cielo”? ¿Con teatro experimental? ¿Con teatro clásico europeo?
Si algún artista se preocupó de esto, es porque quizás está un paso adelante, tal como es la característica vanguardista del pensamiento artístico. Pero también puede ser que nadie se tomó el tiempo de reflexionar sobre esto, pues desgraciadamente se tiene la mala de experiencia que todas aquellas celebraciones oficiales son acaparadas por la visión conservadora y patriotera. Es decir, que allí siempre se “colan” los avivatos que están en todos los gobiernos ofreciendo sus shows como plataforma de publicidad para nuevos contratos, más allá de cualquier ideología política, pues esta pierde validez frente a los jugosos pagos del oficialismo.
Más claro: Pueblo Nuevo con su viejo oportunismo, quieren llevarse el número central en la “Velada Libertaria”... Una lástima.
Creo que este gobierno se encuentra en una gran lucha, un gran conflicto al proponer un cambio radical de estructuras a todo nivel. Lo cual no sucede de la noche a la mañana y por eso subsistente viejos modos de pensar y actuar, que se expresan en la mediocre frase de “todos los gobiernos son lo mismo” o “con este gobierno también podemos hacer negocios”, etc., que indican la pobreza en que ha caído nuestra sociedad y el pesimismo, la falta de fe para construir un mundo mejor.
Quiero decir, que las tesis de Movimiento País se contraponen a algunos de sus miembros que se vincularon para “hacer política” o para “subsistir” o para “tener éxito”. Y esto es evidente cuando aquella “Velada Libertaria”, por ser una celebración importante debió ser símbolo de libertad e independencia, está manchada por el tráfico de influencias y la famosa viveza criolla, pues a la Orquesta Sinfónica Nacional, que ya estuvo preparando el evento con anticipación sobre la base de unos arreglos de composiciones de autores nacionales, llegó una carta supuestamente enviada por el presidente Correa ordenando que se incluya a Pueblo Nuevo en el acto. Como ustedes saben Galo Mora (asesor de Correa) es integrante de ese grupito que, gracias a la inocencia musical del presidente y a su necesidad de confiar en un equipo, está metido en casi todo acto político del gobierno.
Y ahora quieren pasar a la historia metiéndose a la brava en tan magno evento. Si van a pasar a la historia como lo que son: oportunistas que, por mezquindad, tratan de ensombrecer a verdaderos y verdaderas artistas.

¿Con qué música vamos a celebrar el bicentenario? ¿Acaso gritar las canciones de Julio Jaramillo o repetir mil veces “hasta siempre comandante” es revolucionario? ¿Acaso tocar un son o cualquier ritmo latinoamericano es ser luchador latinoamericano de por sí?
Al presidente guayaquileño le han pisado fácilmente el poncho y lo tienen hipnotizado con el estribillo “aquí se queda la clara, la entrañable transparencia, de tu querida presencia”, bla, bla, bla.

¿Quién debe ir en la “Velada Libertaria”: los amigos del presidente, los que son de su gusto o los que representan los ideales independistas de un pueblo? ¿Quiénes se pueden atribuir esto?
En 200 años, si han existido muchas expresiones artísticas de la búsqueda de libertad. Y la de los hermanos Mora, es la menos comprometida, la menos arriesgada, la más comercial, la artísticamente más pobre. No vale citar nombres, pero si han existido músicos, pintores, comunicadores, teatristas, bailarines, etc., durante el siglo XX, en la pasada década que se las han jugado y aún en la actualidad hay gente que sigue jugándose el pellejo, cuando de reclamar derechos se trata.

¿ACASO NO HAY MÚSICOS EN TODO EL PAÍS QUE REPRESENTEN DIGNAMENTE IDEALES LIBERTARIOS? ¿Tan grave es la situación que deben recurrir a los hermanitos Mora?
Claro ellos parecen ser los únicos, como aquella vez, hace 11 años en el gobierno de Mahuad, que gestionaron una buena cantidad de millones de sucres del Ministerio de Finanzas a nombre de la CCE, para sus proyectos personales…


En este panorama se comprueba una vez más, que todavía existen ciertos personajes que pululan en todos los gobiernos y se acomodan expeditamente cambiando un poco las letras de sus textos. Nunca tienen conflicto, con ninguno, pues parece que están más allá del bien y del mal, es decir, son de centro izquierda o centro derecha o mejor dicho cantan para gusto de lo que ellos consideran muchedumbre. Esto nos da la medida de su ideología de arena y gelatinosa coherencia política.

Rodrigo Ponce
Enviado por Veeduría del Arte Ecuatoriano

jueves, 16 de julio de 2009

Nos envían: EL FIN DE LA ERA BUENO O DEL MAQUILLAJE DE LA CULTURA PRIVATIZADA

La Fundación Privada Teatro Sucre ha solicitado un comentario corto acerca del accionar de su Director, Julio Bueno.
Hay que recordar que el Sr. Bueno cumple casi 20 años de gestión cultural (habría que concederle un reconocimiento por su perpetuación en dirección cultural de la ciudad capital). Suficiente tiempo como para sacar una conclusión -frente a la realidad que se impone-, de la pobreza en que nos ha dejado el accionar privado de la cultura. La Fundación Privada recibió personal, bienes, instalaciones: como se dijo en alguna ocasión “hacienda con indios y todo”, pues no solo se concedieron teatros, espacios y recursos económicos, sino personas y agrupaciones musicales que pasaron a ser parte de la fundación privada y que claro está se continuaban pagando con fondos públicos municipales.
Si nos enfocamos en el punto del fracaso cultural que ha imperado, primero hay que señalar que se debe esencialmente a que la actividad de la Fundación se consolidó en un accionar jerárquico sin participación del entorno social y de los artistas.
Hay que exigir ahora que sea la comunidad la que decida sus necesidades culturales y en qué se deben gastar los fondos que le pertenecen. Si queremos ópera o jazz lo debemos decidir nosotros y no una persona que verticalmente imponga qué debe gustarnos, qué debemos escuchar y espectar con aquella clásica patraña y dañina concepción de “culturizarnos”: eterno maquillaje de la privatización. Aquí la participación e inclusión de los diversos sectores es primordial.
La segunda razón del fracaso se debe a que el Sr. Bueno basó su actividad en la “cantidad”. Era muy importante para él, el número de eventos (o de gastos no planificados) que la Fundación realizara por año. A la luz de los hechos nos preguntamos qué se logró con este criterio cuantitativo improvisado que no ha dejado ni un solo proceso que aporte al desarrollo cultural y creativo del país. Únicamente se logró beneficiar a sus allegados, los que estaban colmados de presentaciones y prebendas. Lo cierto es que la “cantidad”, la falta de visión, planificación y patriotismo (aunque esto último no puede pedírsele a una entidad privada) solo deja resultados parciales, vacíos y marginación en la comunidad y profundos resentimientos en músicos y artistas ecuatorianos que fueron desplazados, maltratados, atropellados, frente a un ingente gasto para músicos y artistas foráneos y para el círculo cercano del Sr. Bueno (claro está sin olvidarnos de los dueños de los negocios y beneficios políticos mayores: Mocayos, Vallejos, Carriones y Ortices: ID y DP).
Para no ser extenso, finalmente creemos que debe hacerse una profusa investigación sobre las irregularidades, abusos cometidos y sobre el modo de uso de recursos públicos que hizo la Fundación Privada Teatro Sucre, pues el gasto de entre un millón y medio y dos millones de dólares por año realmente impresiona. Con ello bien se podría haber cambiado y mejorado definitivamente el panorama musical no solo de la ciudad capital, sino de gran parte del país. Sin embargo eso a leguas que no ha pasado y solo se respira un ambiente de conflictos y diferencias que no permitieron que las expresiones culturales quiteñas alcance reales resultados positivos.

Rafael Estrella

domingo, 7 de junio de 2009

Maltrato del Teatro Sucre a los Flautistas del Festival 2009

Hola Amigos:

Les escribo para contarles lo que nos pasó esta noche en el "teatro sucre", para variar. Yo no había estado muy involucrado con los famosos problemas que tienen, pero hoy he sentido en carne propia estos maltratos el día de hoy. Ocurrió hoy en el teatro "Variedades" que como todos saben es parte de la FTNS, cuando una compañera Flautista con la que estamos asistiendo al festival 2009 se me acercó para decirme que no le habían permitido el acceso al teatro y que por más que presionó y denunció y pidió, no hubo forma de que la dejen entrar aduciendo tontamente que la entrada es solo para la gente del festival... Yo indignado por el hecho me acerque luego del concierto donde esta persona del Teatro Sucre (Francisco Serrano) y le pedí que me explique las razones por las que no le dejaron entrar a mi amiga, a lo que me contestó que conmigo no es el problema, que no hable de eso ahí, yo le pedí que hablemos de eso tocando su hombro con la confianza que me daba el haberme creído por muchos años amigo de esta persona, cuando de pronto el me dice que si lo vuelvo a tocar me "da un quiño". Al asegurarme de que me dijo "quiño" y no "guiño" (ja, ja) me sorprendí muchísimo, imagínense la escena, el Panchito Serrano, nuestro pana, una persona a la que yo tenía muchísimo respeto amenazándome con golpes. La verdad no sabía que hacer así que le pedí que se calme y que me explique que esta pasando. A lo que me contesto que no le parece justo que esa gente llame a Julio Bueno "ladrón". A lo que yo le contesté que les pueden seguir un juicio a los supuestos difamadores, pero yo creo que este teatro no es propiedad de Julio Bueno, ni de Francisco Serrano, si no del Pueblo, de la Gente, nosotros somos los dueños, Le dije que esta no es la hacienda de nadie, es Público, PU-BLI-CO, además el Festival tiene Entrada Libre. Bueno, en fin, algo así fue lo que pasó.
Ahora solo me queda la rabia, impotencia y ganas de contarle a todo el mundo.... y lo pienso hacer.

No sé qué está pasando en este país, estamos todos locos, no sé cuál es la obsesión de la gente del teatro, personas que han protestado contra el teatro, entran y salen según criterio de ellos. Tal vez ellos también categorizan a los "protestones", no sé!!!!.

Estoy tentado a pedirle a la fundación Teatro Sucre que haga una lista de la gente que va a permitir entrar al los espectáculos y la coloque afuera de cada teatro, así podremos saber quiénes podemos o no entrar en los eventos y nos evitamos el bochorno mutuo y las escenas con personas no gratas (de parte y parte).... Buena idea. Así le tomamos fotos a la lista y les seguimos juicio y podemos por lo menos sacar algún dinero para pagarle la gastritis crónica de todos los compañeros de la Banda Sinfónica y otros grupos... que tal?? Se que no es la primera vez que ellos le prohíben la entrada a alguien.

... O Será que nosotros somos los tontos por asistir a conciertos en busca de ilustrarnos y de ser mejores. Para que no nos sigan creyendo musiquitos mediocres e ignorantes.

...O SERA ESTA LA PRUEBA IRREFUTABLE DE QUE MIENTRAS HAYA CONCIERTOS VA A HABER GENTE COMO LA PAMELITA Y YO QUE QUIERAN ENTRAR PESE A TODA HUMILLACION, POR EL PURO DESEO DE SER ALGUN DIA LO QUE ALGUNOS NUNCA LLEGARON A SER.

hasta la próxima.....

chao panas.

Jamil E.

sábado, 30 de mayo de 2009

CARTA ABIERTA AL LIC. JULIO BUENO

CARTA ABIERTA AL LIC. JULIO BUENO, A DOS MESES DE SU INTERVENCIÓN AL CONSERVATORIO SUPERIOR NACIONAL DE MÚSICA; Y, SUPUESTAMENTE, A UN MES DE FENECER EL PLAZO DE DICHA INTERVENCIÓN

Por: KAROLL NIQUINGA ACOSTA

Quito, 28 de mayo de 2009

Señor Lic.
Julio Bueno
MIEMBRO HONORARIO DE LA COMISIÓN INTERVENTORA
DEL CONSERVATORIO SUPERIOR NACIONAL DE MÚSICA
Presente.

De mi consideración:

El veinte y cuatro de mayo, Día de Nuestra Independencia, se cumplieron dos meses de SU Intervención al CONSERVATORIO SUPERIOR NACIONAL DE MÚSICA, es decir, desde cuando CON DOS CAMIONES DE POLICIA SE LO INVADIÓ PORTANDO UN DECRETO MINISTERIAL, Y UNA COMUNICACIÓN DEL DIRECTOR NACIONAL DE EDUCACIÓN QUE JUSTIFICABA TAN BRUTAL ATROPELLO.

Al respecto yo emití un comunicado de protesta (y al parecer se emitieron ótros) a los que usted respondió justificando dicha intervención, por medio de un remitido desde la Página Web de su Fundación Teatro Nacional Sucre, con una serie de argumentos que habría sido bueno constaran en el Decreto Ministerial, si esos realmente fueran fundamentos para tan execrable medida contra la Institución más respetable de educación musical del país.

En lo central de su respuesta [y de su rechazo a ciertos calificativos que supuestamente se habrían proferido en su contra, que por supuesto no provinieron de mi parte (yo no cualifico; me remito a hechos)] se lo recuerdo: USTED MANIFESTABA QUE SU COMISIÓN INTERVENTORA NO IBA A EJERCER NI REALIZAR NINGÚN ACTO ADMINISTRATIVO, TODA VEZ QUE ESE NO ERA EL CONTENIDO DEL ACUERDO MINISTERIAL Y DEL COMUNICADO JUSTIFICATORIO DE LA INVASIÓN POLICIAL EMITIDO POR EL DIRECTOR NACIONAL DE EDUCACIÓN.

¡Y en aquello estuvimos completamente de acuerdo! ... ¡Personalmente yo, coincidía con usted en esa verdad! ... Mas, le recuerdo, que mi coincidencia partía de una definición previa, que la dio Aristóteles hace 2.500 años, sobre que la verdad consistía en: “decir que es, de lo que es; y que no es, de lo que no es”. Bajo tal premisa, y luego de constatar tanto el Acuerdo Ministerial como el justificativo de la Invasión Policial, emitido por el Director Nacional de Educación, se infería claramente esa VERDAD, que coincidía con su afirmación, es decir: “QUE SU COMISIÓN INTERVENTORA NO IBA A EJERCER NI A REALIZAR ACTO ADMINISTRATIVO ALGUNO.

Ahora vamos a los hechos, porque eso nos enseñó Aristóteles, y en ello estuvimos de acuerdo. ¿Verdad?.

A las 48 horas de la Intervención Brutal, su Abogado que funge de Director Ejecutivo (e), ordenó cambiar las puertas principales y las seguridades de varias oficinas y muebles, para lo cual, según usted mismo, NO ESTABA FACULTADA LA COMISIÓN INTERVENTORA. ¿O acaso esas órdenes de cambios de puertas y seguridades no son actos administrativos? ¿O con eso se iba a solucionar el gran listado de “problemas” (quince) que usted mencionaba en su “VERDAD SOBRE EL CONSERVATORIO NACIONAL DE MUSICA DE QUITO” (con clara omisión sobre la calidad de SUPERIOR, que tiene el Conservatorio)?

Luego se procedió a cancelar profesores. ¿No son acaso éstos, verdaderos actos administrativos?. Y hay varios ótros, como promover nuevos cargos, y cuestiones que no voy a enumerarlas por no extenderme.

Pero, hay un hecho muy molesto, que suma otra serie de actos administrativos, y que me atañe personalmente:

Su abogado y Director Ejecutivo (e) del Conservatorio, Dr. Fabricio Narváez, ha ordenado que se escudriñe, desde la razón de mi ingreso al Conservatorio, hasta el porqué “habiendo aprobado canto”, hoy estoy matriculada y tomando clases curriculares de Guitarra. Dichas órdenes han sido impartidas, desde al personal administrativo hasta al Director del Departamento de Guitarra. Se han hurgado mis asistencias, y se ha espulgado hasta lo mínimo de mi vida académica en el Conservatorio.

Conozco que iguales órdenes de persecución se han impartido en contra de otros compañeros que, junto a mí, han tenido una actitud de dignidad y de firmeza ante esta brutal agresión institucional al Conservatorio.

En lo que a mí respecta, y debo informar por su intermedio a su Comisión Interventora que, antes de ingresar al Conservatorio estudié canto con el Maestro Galo Cárdenas; que como el examen de canto era uno de los requisitos para mi ingreso y ubicación AL PROPEDÉUTICO, dicho examen lo rendí con el distinguido Maestro y profesor de la Institución, Dr. Pancho Piedra. Luego aprobé, legítimamente, solfeo, en el propedéutico; y, cumplidos todos esos requisitos, como también, antes, hube tomado clases de guitarra con el Maestro Terry Pazmiño, y aprobado un Seminario de técnica e interpretación de guitarra que lo dictó Eladio Scharron en la Posada de las Artes Kingman, pues decidí tomar el estudio instrumental de guitarra UNA VEZ QUE CUMPLÍ CON TODOS LOS PRE-REQUISITOS NORMATIVOS Y LEGALES PARA REALIZAR DICHOS ESTUDIOS. Hoy, me creo una alumna con méritos suficientes; de modo que no hay nada que escudriñar sobre mi vida ni sobre mi desempeño académico-curricular.

Entonces, Lic. Julio Bueno, insisto en preguntarle: ¿TODO ESTE ANDAMIAJE DE PERSECUCIÓN NO CONFIGURA OTRA SERIE DE ACTOS ADMINISTRATIVOS?

Lic. Julio Bueno, hablemos con claridad: ¡ALGUIEN ESTÁ MINTIENDO!. Y alguien está mintiendo porque ninguno de estos hechos coinciden con lo que usted dijo y afirmó, como verdad, hace dos meses. Parodiando a Aristóteles, diríamos que usted está diciendo QUE ES, DE LO QUE NO ES y eso constituye una mentira.

PERO MIENTRAS TANTO, es decir mientras se realizan esos claros actos administrativos, en contra de estudiantes, padres de familia y personal docente, resulta que nada se hace en contra de las irregularidades administrativo-financieras. Así:

 Hemos denunciado que se nos cobró matrículas, Y QUE POR ESOS VALORES JAMÁS SE NOS EXTENDIÓ RECIBO ALGUNO; y que esto es PECULADO.

 Hemos denunciado que se han cobrado otros múltiples valores arbitrariamente, como admisiones al Propedéutico por CIENTO CINCUENTA DÓLARES; exoneraciones a dicho curso por otros valores similares; y valores POR UBICACIÓN. TAMBIÉN SIN DAR RECIBO ALGUNO. Y esto también ES PECULADO.

 Es más: en base a una denuncia formal mía, y fundamentada en un Proceso Judicial que lo recabé del Juzgado Quinto de lo Civil, trámite Nº 254-2007-JT, indiqué al Director Nacional de Educación que hay un cobro por SEIS MILLONES QUINIENTOS SETENTA MIL DÓLARES, bajo una demanda inicial de apenas 91MIL dólares; y que para fraguar este cobro hallé documentos por los que ciertos funcionarios administrativos del Conservatorio, abonaron con testimonios a favor del Ing. Gabriel Perrone, que es quien pretende tal cobro. El Director Nacional de Educación comunicó a su Director Ejecutivo (e), Dr. Fabricio Narváez, el día 5 de mayo, sobre esta cuestión irregular muy preocupante (a mi modo de ver). Tampoco sabemos qué se haya hecho a este respecto.

¿Tiene alguna explicación esta UNILATERALIDAD de sus acuciosos actos administrativos, Lic. Julio Bueno?

O dicho de otro modo:

¿Se explica el hecho de que mientras se hurga hasta la vida privada y académica de los estudiantes; se despide profesores; y, se cambia chapas y puertas del Conservatorio; por otro lado se descuiden estos problemas y, lo que es peor, NADA SE HAGA SOBRE ESTAS IRREGULARIDADES ADMINISTRATIVO-FINANCIERAS?.

Hilando un poco más fino diría:

¿Por qué a su equipo de interventores le preocupa hasta las tablas triplex del viejo conservatorio, que ya nada tienen que ver con el proceso educativo actual; pero omiten o cierran los ojos ante estas cosas evidentes e irregularidades financieras tan monstruosas?

En esta parte, y a este respecto, solamente me quedaría la duda metódica cartesiana: “Pienso; luego, ‘INSISTO’”: No es coherente esa conducta administrativa suya y de SUS interventores; y toda vez que existen hechos evidentes que controvierten sus propias aseveraciones iniciales, no me queda más que el “beneficio de la duda”; así como se dijo que “no se harían actos administrativos”, pero se los hace (Y EN QUÉ FORMA MÁS UNILATERAL); del mismo modo, parece que se expone un discurso moralizador; para esconder verdaderas INMORALIDADES.

¿No estaremos ante una clara connivencia con esas irregularidades administrativo-financieras?. Perdone que me vuelva cartesiana contumaz; y que me asalten estas dudas.

¿Pero, además, será verdad que la Intervención solamente durará tres meses, como lo declararon ante la Prensa? ... ¿O los hechos próximos probarán nuevamente lo contrario?

Verá Lic. Julio Bueno, yo en ningún momento he cuestionado su capacidad o méritos académicos a pesar de que no los conozco, sobre los mismos que al decir del respetable Maestro Gerardo Guevara, usted los tiene; y ellos tornaban innecesaria la Agresión Policial contra el Conservatorio, encabezada por usted mismo, desgraciadamente. Yo le creo al Maestro Gerardo Guevara, símbolo y ejemplo de nuestra Identidad Musical.

Pero mi duda cartesiana persiste cuando a dos meses y una semana de la Intervención, determinada por ustedes mismos para tres meses, lo único que se ha propalado es generalidades sobre los problemas del Conservatorio. Pero:

¿Qué se ha hecho y/o qué se propone hacer respecto a los QUINCE “PROBLEMAS TRASCENDENTES” que usted señala en su “VERDAD SOBRE EL CONSERVATORIO NACIONAL DE MUSICA DE QUITO”?

¿Qué respecto a “los docentes que no les interesa INNOVAR”? (estimo que no se refiere a la empresa municipal “hermana gemela” de la Fundación Teatro Nacional Sucre) ¿Cómo se va a solucionar este supuesto “problema”?

¿Qué respecto a quienes dizque “dictan clases en sitios extraños” e “irrespetan el orden institucional”?

¿Qué respecto a quienes “no laboran el tiempo por el que se les paga”?

¿Qué de la “academia Eloy Alfaro” y de los “profesores que no han entregado los documentos básicos”? (De paso, no sé cómo puedan solucionar esto sin realizar actos administrativos).

¿Qué de los supuestos “alumnos manipulados” y de los “alumnos docentes”? (Espero que con eso de “manipulados” no se refiera a mí; porque precisamente rechacé invitaciones de personas de su equipo, para evitar manipulaciones de legitimidad).

Bueno, no le voy a re-enumerar los quince señalamientos, que usted hace en su “VERDAD SOBRE EL CONSERVATORIO”.

Mas, sí le hago notar que ninguno de esos señalamientos tiene relación ni con los contenidos curriculares, ni con la calidad académica, ni con los cambios cualitativos indispensables de enseñanza sobre los que se venía trabajando, junto al propio Director Nacional de Educación; y, toda vez que él tampoco supo darnos soluciones concretas, porque cuando nos llamó a conversar, fuimos una comisión de estudiantes, pero nos despachó en diez minutos, ya que enseguida debía conversar con usted y el equipo de su Comisión Interventora, como ya han pasado más de dos meses, y en acatamiento del oficio Nº 322.DINERE, de 26 de marzo, SU Comisión Interventora debía “abordar los ámbitos administrativo-financiero, académico y legal”, le pregunto:

¿Cuál es la propuesta CONCRETA respecto al ámbito administrativo-financiero?. ¿Cuándo solicitaron el Examen Especial de Auditoría a la Contraloría General del Estado? ¿A quiénes han enjuiciado por el peculado cometido por el personal administrativo, al cobrar valores sin siquiera dar recibos? ... ¿Qué han hecho por los supuestos delitos de coyotaje que ustedes dicen que se han cometido en el Conservatorio? ¿Cómo han solucionado el problema del Bar, del Café Net, de la Academia Eloy Alfaro? ¿Qué han hecho sobre la estafa de los seis millones quinientos setenta mil dólares que se perpetraría contra el Conservatorio? ... Y lo que es más, y que nos interesa para la marcha institucional educativa a los estudiantes, CÓMO SE VA A ORGANIZAR EL DISTRIBUTIVO PRESUPUESTARIO DE JULIO A DICIEMBRE, SI EN EL AÑO 2008 EL MINISTERIO DE EDUCACIÓN ASIGNÓ $220.351,24, Y ESTE AÑO, APENAS TIENE PREVISTO ENTREGAR $59.172, para el período indicado? ... POR FAVOR, NO QUEREMOS MÁS DIAGNÓSTICOS SUPUESTOS NI DISCURSOS ... ¡QUEREMOS SABER QUE SE HA HECHO CONCRETAMENTE EN TORNO A ESTOS PROBLEMAS PLANTEADOS, EXISTENTES EN EL CONSERVATORIO!. ¿O es que bajo el argumento de que “no hay presupuesto” ustedes fraguarán una consabida PRIVATIZACIÓN del Conservatorio?.

¿Cuál es la propuesta CONCRETA respecto al ámbito ACADÉMICO?. ¿Qué se va a hacer, insisto, en forma CONCRETA, con respecto al tan mullido tema de la malla curricular? ... ¿Qué cambios concretos van a realizarse? ... ¿Se seguirá con el sistema, tan criticado por los miembros de su equipo, de “enseñar música al margen del instrumento”? ¿Cómo se va a superar o solucionar ese problema de enseñanza aprendizaje? ¿Seguirán tratando a los niños, verticalmente, bajo el esquema escolástico de coacción represiva; haciéndolo sentir “tonto” o “sordo” a quien no entiende alguna parte de la tarea de solfeo? ... ¿Cómo van a reorientar, o desterrar sería mejor, este problema pedagógico? ... ¿Cómo se va a incentivar, verdaderamente, EL ARTE de la música, en el proceso de enseñanza aprendizaje del Conservatorio? ... (Sólo le refiero un hecho: al iniciar mis estudios en el Conservatorio me dijeron: “O estudias música; o estudias sociología”. Me armé de paciencia; y recordé al Maestro Gerardo Guevara –quien desde entonces ya debió haber sido un sabio- que jamás le dijo al hoy gran músico y guitarrista Milton Estévez “O estudias música; o estudias arquitectura”. Milton es hoy: gran músico, gran guitarrista y gran arquitecto).

Bueno, en materia académica hay múltiples problemas: ¿Qué del respeto al sentido artístico personal del educando como su manifestación individual, dentro de un marco temporal concreto, en un lugar concreto y con sus características determinadas?. ¿Cómo hacer entender esto último a los maestros, para que no ocurra la apostilla que me hicieron: “o estudias sociología o estudias música”? (PERO, CÓMO HACER ENTENDER ESTO EN FORMA COCRETA, REAL, NO EN EL DISCURSO GENÉRICO, PARA SALIR DEL PASO)

¿Qué de la comprensión CONCRETA de las obras musicales que sirven de orientación o guía del aprendizaje didáctico; puesto que la obra se comprende sólo conociendo las circunstancias concretas que motivaron su creación? ¿Cómo se va a afrontar este aspecto del quehacer didáctico?

¿Qué de las asociaciones senso-perceptivas y de las connotaciones “estéticas” que la música lleva consigo? (Pongo “estéticas” entre comillas porque este concepto, muy trillado, es también muy relativo a la subjetividad: de la persona, de la época y de varias circunstancias) ¿O de lo que en sí puede componer o estructurar la música como las proporciones matemáticas de los sonidos? ¿O de cómo se estructura en cuanto a sus formas expresivas?

¿NO LE PARECE QUE AQUELLOS SON ASPECTOS QUE UN MÚSICO DEBIERA CONOCER, COMO BASE DE SU EJERCICIO ESTÉTICO-PROFESIONAL Y ACADÉMICO-PERCEPTIVO, para que no salgamos simples “tocadores”?


¿Y qué del aprendizaje de la música como búsqueda de nuestras raíces profundas como nación y como base de identidad personal y colectiva? (CUESTIÓN ÉSTA, CLARO, QUE AL NEO-LIBERALISMO-PRIVATIZADOR NO LE INTERESA PORQUE SOMOS SIMPLES “ALDEAS GLOBALES”, PERO QUE NO ENCAJA EN ESTE NUEVO PROCESO DE REVOLUCIÓN CIUDADANA QUE VIVE NUESTRO PAÍS)

Para todos estos efectos: ¿Se ha pensado en formular un ORGÁNICO DE MATERIAS, bien entendido que tal cosa no es un simple Programa de Estudios ni una simple “malla curricular”?

¿Ya ve, Lic. Julio Bueno, que el problema “académico” que usted propone en su “VERDAD SOBRE EL CONSERVATORIO” no se limita al simple aspecto de control policial, o de capatazgo para controlar las horas de clases y cosas por el estilo; que, de pronto, sí pueden ser importantes dentro del contexto que dejo señalado?

Ah, y entre otras cosas, ¿Cómo se va a solucionar el problema de los “Títulos Académicos”, cuestión que reiteradamente ha preocupado a miembros de su equipo que han escrito sobre el asunto de la Intervención? (“Vine del exterior, para que me den un título de bachiller”, se quejó el maestro Raúl Escobar, miembro de su Equipo Interventor). Y no es que a nosotras (os), como alumnas (os), no nos preocupe el problema de los Títulos; sino que me refiero expresamente a ellos, porque quien fundamenta su papel de INTERVENTOR, en esa causa, debe tener una solución, expresa y concreta, sobre el problema.

Y Finalmente ¿Cuál es la propuesta CONCRETA respecto al ámbito JURÍDICO?. ¡No me dirán que van a hacer un Estatuto para que la Fundación Privada Teatro Nacional Sucre se apropie del Conservatorio Superior Nacional de Música! (especialmente ahora que va a perder sus canonjías con la nueva administración municipal). ¿Qué sobre la vigencia inmediata e ineludible de la Constitución, cuyo artículo 352 instituye a los Conservatorios como parte del Sistema de Educación Superior? ¿Qué sobre la acreditación ante el CONESUP, cuyo trámite ya está en marcha? ... ¿Qué sobre su afirmación de que “en ningún momento se pretende privatizar un servicio público como el que otorga el Conservatorio”?

Cada una de las interrogantes que dejo planteadas, ameritan una respuesta concreta, objetiva y específica, Lic. Julio Bueno. Sin generalidades, sin ambages, sin evasivas, sin discursos hueros. ¡Por favor, usted Lic. Julio Bueno, y su equipo que tan “sabiamente” se han expresado para criticar las falencias del Conservatorio, DEBEN, AHORA, DARNOS RESPUESTAS!.

Ya ha pasado el tiempo suficiente; y, USTED Y SU EQUIPO, como los más interesados en Intervenir el Conservatorio, toda vez que ya tenían un diagnóstico pormenorizado el mismísimo día de la Intervención, ahora ya deben tener respuestas, insisto, concretas, objetivas y específicas.

Con la tecnología que tenemos a mano, no le será difícil responder mis interrogantes e informar, de pronto con otro comunicado de “VERDAD SOBRE EL CONSERVATORIO” sobre estos pormenores que reclama la comunidad y este proceso de Revolución Ciudadana.

FRATERNALMENTE,

Karoll Niquinga Acosta
COORDINADORA DE LA ASAMBLEA PERMANENTE DE ESTUDIANTES –NO MANIPUILADOS- DEL CONSERVATORIO SUPERIOR NACIONAL DE MÚSICA

MAÑOSERÍAS: la locura del poder

“¡Abajo las mañoserías!” gritaba Julio Bueno en la Plaza del Teatro confrontando a los manifestantes que en su contra allí nos reunimos. Por un segundo nos quedamos perplejos quienes estábamos con pitos, tambor, tuba y carteles protestando contra uno de los más hábiles manipuladores de los recursos públicos para el arte y la cultura: el maestro Bueno.

Fue un segundo de paradoja que nos develó el grado de locura que conlleva la ambición por el poder. Patético. Y la respuesta fue sencilla, en los mismos términos, clara y directa como suele ser en una protesta política: “¡Abajo los mañosos del Teatro Sucre! ¡Abajo la privatización de la cultura!”.

Si, la cultura se privatiza desde hace mucho tiempo y esta absurda tendencia, propia del neoliberalismo, la criticamos y rechazamos ahora, en un momento concreto, en la administración de la Fundación Teatro Nacional Sucre y su obsesivo monopolio. Lo hacemos un colectivo de artistas, gestores de la cultura, comunicadores, ciudadanos y ciudadanas que hemos decidido hablar claro; porque esto de expresarse artísticamente de manera muy “amplia”, sin feos panfletos, sin mezclarse con la política, sin herir susceptibilidades, sin arriesgar las hipócritas relaciones con los que tienen el poder y sin irse en contra de los valores eternos de la belleza, es una patraña. Una gran farsa que ciertos sectores de la sociedad han estado imponiendo desde hace siglos y ha continuado en la ciudad de Quito a través de la complicidad de sus alcaldes, exactamente de Jamil Mahuad y Paco Moncayo.

Producto de esto es un pueblo que pasa de largo viendo los autos que se arremolinan alrededor de un gran evento: con democráticos adornos e incluso guardias, los espacios están cercados más que protegidos y se establece una clara diferencia entre cultos y no cultos, entre arte y no arte, entre esto es teatro y esto no es teatro, entre estos entran al cocktail y estos no entran.

Por eso abandonamos un rato la poesía y decidimos protestar en la Plaza del Teatro, porque estamos hartos del maltrato a los artistas en el Teatro Sucre y nuestra condición de instrumentos para el éxito de ciertos politiqueros, molestos con los despidos intempestivos, con la mentira, asustados con la forma en que disimulan el manejo de los fondos en sus declaraciones, realmente desconcertados con el engaño al público; porque nuestra dignidad no puede ser pisoteada por ningún tiranillo oportunista por más mañoserías que haya logrado tejer. Quizás engañe a ciertas autoridades del gobierno, pero a nosotros no.

El asesor de Julio Bueno, Hernán Vásquez ensayando su mejor sonrisa para que se pudiera observar desde cualquier lugar de la Plaza, no tuvo respuesta más inteligente que la amenaza: “Todos estos ya se jodieron”. No sé con precisión que es lo que él o su patroncito puedan hacer en contra de quienes usamos nuestra derecho a la resistencia a un sistema podrido por sus propias bajezas, porque el sacar los parlantes y poner su deformada ópera a todo volumen para callarnos, no fue suficiente: allí nos mantuvimos y allí nos escucharon, en ese y en otros espacios nos vamos a mantener, en esta lucha continuaremos, cortándoles la salida a estos burócratas que se aprovechan del arte para réditos personales y cada vez serán más los que se van a juntar, serán más los que pierden el miedo, la convocatoria se expande en todo el país, porque un salario no vale tanto como la dignidad del artista ecuatoriano.


R. Ponce

lunes, 25 de mayo de 2009

Imágenes de la dignidad combativa

Importante presencia de artistas en la Plaza del Teatro, en el reestreno de la ópera Manuela y Bolívar.

La muerte de la cultura popular paseándose por el Teatro Sucre, amenazando a los artistas y al público. Los artistas participan con formas de resistencia contra la privatización y el atropello que sufren de la Fundación privada Teatro Sucre.

Los teatreros hicieron representaciones de Agosto Pésimo, el ex alcalde Moncayo y cía. Gracias compañeros!