jueves, 16 de abril de 2009

Nos escriben: "Origen de lo Bueno y de lo Malo"

Frustrado

Un artista que dejó sus sueños de crear grandes obras por una actividad que él sabe no le significa mucho y debe ocultarlo con mentiras, se convierte en alguien peligroso. Ese sillón vacío frente al piano, no lo va a ocupar un administrador, no lo puede llenar grandes éxitos burocráticos, ni la simpatía con músicos famosos, ni el compadrazgo con autoridades de la ciudad, del país o del mundo. Ese piano no se complace en tocar melodías durante las reuniones sociales o en programas de televisión de los amigos. Ese mágico instrumento espera decepcionado, las manos hábiles e imaginativas de aquel que algún día fue músico inteligente.Se crea un vacío, una inquietud insatisfecha en el corazón, que mientras pasan los años se traduce en angustia, en la búsqueda inútil de tapar el hueco de la creatividad con producciones ajenas. Obvio, esto, ni el que sus antiguos compañeros de grupo musical se presenten en "su" espacio, le satisface y por lo mismo, quiere llegar a una fama e importancia, sino musical, al menos social. Pero su motivación se oscurece, porque apaga la luz del estudio y nunca cierra la puerta, porque en el fondo no cree que estuvo bien el abandonar la música y siente que ya es demasiado tarde para regresar a ella. Tiene miedo. Siempre quiere estar cerca del escenario, pero nunca puede estar en él. Entonces necesita llegar más arriba, superar ese error con la acumulación de poder sobre la música de alguna manera, como una adicción que nunca resuelve nada. Y los resultados son desastrosos, pues su interés no es naturalmente la administració n del arte, sino el tapar ese vacío que siempre aparecerá cuando ve a un músico llegar al sitial que él no pudo.El amor más profundo por el arte es el ser artista y su descendencia jamás lo va a complacer, esa es una tarea que a él le corresponde. Desgraciadamente no lo quiere ver y cree que con acaparar espacios artísticos es más "grande". Y hace tonterías como ampararse en la fuerza armada para defender su angustia.Realmente un artista frustrado es peligroso.
R. Ponce
P.D.:Lo peor es la gente que arrastra: otros que dejaron su carrera artística y quieren compensar esa falencia. Entre ellos se apoyan, entre ellos confabulan y ahora todos están comprometidos en una red informal de favores, miedos y envidias.

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